Por: Juan José Bejarano M.
A mediado de los años 30, los más promisorios dirigentes políticos del Chocó, jóvenes para ese entonces, se sentaron en la misma mesa a pensar en cómo dar vida institucional como departamento a la intendencia del Chocó y defender sus intereses como región. Ellos superaron barreras, prejuicios sociales y demás diferencias para comprometerse a defender su tierra en un país centralista, lo cual hicieron hasta sus últimos días. De esta generación resultaron líderes de la talla de Diego Luis Córdoba, Ramón Lozano Garcés, Adán Arriaga Andrade, Aureliano Perea Aluma, Demetrio Valdes Ortiz.
Cerca de noventa años después, ese loable propósito pareciera haberse desdibujado. A pocos días de las elecciones regionales, en el escenario chocoano se avizoraban tres candidaturas como las fuertes para llegar a la gobernación. Por un lado, el Movimiento Liberal Cordobista aspira a mantener el poder bajo el liderazgo de Nubia Carolina Córdoba. Por otro, los integrantes del Movimiento Liberal Popular-MLP quieren recuperar el terreno perdido con base en la unidad de sus dirigentes, encabezados por Patrocinio Sánchez Montes de Oca. Y, como una opción distinta a lo tradicional, estaba la coalición ‘Con Gilder: el Chocó Decide’, liderados por Gilder Palacios.
Sin embargo, analizando la caótica situación del departamento, la inconveniencia de una administración departamental producto de una mínima mayoría, y la necesidad de gobernar con una alianza que logre unir a los chocoanos, en un acto sin precedentes en el Chocó las dos candidaturas mejor posicionadas decidieron unir fuerzas con miras a reconstruir la anhelada unidad chocoanista. Producto de esto, el escogido para liderar la alianza fue el exgobernador Sánchez Montes de Oca, con el objeto de alternar el próximo período en Gilder Palacios, llegar unidos a la Cámara de Representantes, y recuperar en el Senado un escaño propio de los chocoanos. Para ello se convocará a todos los sectores políticos a una mesa de diálogo tan pronto se asuma la gobernación.
Las agendas programáticas del ‘Chocó Productivo’ y del ‘Chocó Decide’ han unificado sus visiones recorriendo los distintos pueblos del departamento. Desde Pizarro, pasando por Santa Genoveva de Docordó, Primavera, Istmina, Rio Iró, Nóvita, Paimadó, Puerto Meluk, Bahía Solano, hasta Riosucio los líderes de la unidad chocoanista están socializando i) una economía para el desarrollo integral de las subregiones; (ii) soberanía energética; (iii) la reconstrucción del tejido social vinculando a los jóvenes; (iv) educación pertinente y de calidad para la paz; (v) salud digna para todos; (vi) medio ambiente y ecoturismo; (vii) seguridad, convivencia ciudadana y atención a las víctimas del conflicto, entre otros componentes del acuerdo.
Por último, todos los proyectos, planes y medidas tendrán un enfoque diferencial para las comunidades indígenas. Los planes se adoptarán teniendo en cuenta las necesidades y fortalezas de cada subregión, partiendo de sus potencialidades y activos socioculturales y ambientales.
Así es que, estamos ante una nueva oportunidad histórica de recoger las banderas de la generación de oro del Chocó. La peor crisis de la historia en nuestra población amerita lo mejor de todos, un accionar que convoque a todos sin distingo de color político, étnica o procedencia, todos tenemos la capacidad de cambiar la historia, todos son bienvenidos para aportar. Por lo tanto, la invitación es a dejar atrás el pasado, para darle paso a una alianza que nos proyecta hacia un Chocó visible, en el que se exploten sus potencialidades, y el rol de los jóvenes y la mujer sean valorados.