Por Luis Eduardo Narváez Martínez X: @luisenarvaezm
Nuestra sensibilidad como seres humanos nos impulsa a proporcionar confort físico, emocional y espiritual para aliviar el sufrimiento cuando cuidamos a un ser querido. Este impulso ha estado presente a lo largo de la historia. Sin embargo, también es evidente que algunas personas, a pesar de recibir este apoyo, no logran avanzar a la etapa de recuperación y permanecen atrapadas en su conversación de dolor. ¿Qué sucede en estos casos? ¿Por qué algunas personas parecen incapaces de dejar atrás el sufrimiento y avanzar hacia la sanación? Acá algunas anotaciones:
¿Qué hacer si es el caso de tu familiar o conocido?
Ofrecer la misma atención y cariño cuando el paciente realiza actividades que promueven su salud, esto puede incluir elogiar sus esfuerzos por mejorar, celebrar pequeños logros en su recuperación, demostrar afecto y apoyo en momentos en que están participando en actividades saludables. Involucrarlos en la toma de decisiones sobre su tratamiento y proporcionar oportunidades para que se sientan útiles y valorados fuera del contexto de su enfermedad. En todo caso, siempre ceñirse a las recomendaciones del equipo interdisciplinario de salud y no dejar de reportar las novedades que escucha y observa.