Por: Víctor Hugo Moreno Lozano.
Docente Titular de Desarrollo Regional de la UTCH.
En 2008 hasta el 2010, me desempeñé como Secretario General de la Gobernación del Chocó, en esa condición por mandato del gobernador, me correspondió presidir la CRC del Chocó (comisión regional de competitividad) en donde tuve la oportunidad de trabajar con la Doctora Elsa PaseliaDelgado Rosero, quien para esos momentos fungía como Directora Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Quibdó y a la vez a esa organización le competía hacer la Secretaría Técnica de la Comisión en comento.
Con el apoyo del ministerio de Comercio Exterior, viceministerio de Industria y Turismo, así se llamaba para la época, nos dimos a la tarea de reunir a la institucionalidad regional, y a ciertas organizaciones de la sociedad civil, que tenían renombre e incidencia en esos momentos en el desarrollo del departamento, protegidos bajo la logística de la Cámara de Comercio, recibimos en sus instalaciones un trato digno y motivador, que nos envolvió en la dinámica de hacer bien el trabajo, a pesar de las discrepancias tanto conceptuales, como actitudinales de quienes nos reunimos, en esas instalaciones a consolidar una hoja de ruta, que sirviera para medio lavarnos la cara a nivel nacional.
Logramos consolidar no una agenda prácticamente dicha de competitividad, sino un documento orientar para llegar a la agenda propiamente dicha, han pasado 16 años y a raíz de un trabajo que el magister Juan Carlos Aristizabal les dejó a sus estudiantes, en desarrollo de una asignatura electiva, éstos estudiantes me rastrean por cuanto los remito a la Cámara de Comercio, para que allá les contextualicen sobre el asunto, pues asumo que estarán más a día, y vaya tamaña sorpresa, al anunciado documento en esos citados años que han transcurrido no se le ha hecho el adendo de una miserablecoma, siendo que era una especie de preliminar, y en ese lapso de tiempo las apuestas y los problemas sociales han cambiado ostensiblemente.
Cuando los estudiantes me abordan, les remito a la Cámara, puesto que no les creí, que el citado documento fuese el que rige actualmente para un tema, que asume uno, debe ser vital y central, para hablar de desarrollo, crecimiento económico, pobreza, ambiente, tecnología, cultura y sociedad, entre otras tantas urgencias que padece el departamento del Chocó y sus habitantes.
La competitividad es una herramienta inherente al desarrollo económico, pues inspira y muestra el camino hacia dónde debe ir el conglomerado que la fomenta, sí de paso quiere enfrentar esa serie de patologías sociales, que surgen como consecuencia de los rezagos de las imperfecciones de las políticas públicas, que no atinan a encargarse de los marginados y éste desarrollo a la mejora de la calidad de vida, y aún más, cuando se hace un calculado análisis, sobre las distintas visiones de desarrollo, todas, sean del calibre que sean, deben apuntar a este sensible aspecto, al considerar el modelo o sistema económico en el cual nos movemos, no porque queramos, sino porque subsistimos gracias al mantenimiento de esas relaciones sociales, si no somos competitivos en cualquier acepción de la vida, estamos out(fuera).
Hablando claro, los problemas estructurales que tenemos como sociedad chocoana, en donde a leguas se nota, no ejercemos un estricto y verdadero control sobre nuestra economía, la cual anda al garete, beneficiando y sirviendoen forma directa y sustantiva a intereses distintos a los chocoanos, si analizamos la contribución que hacemos al PIB nacional de un lado, y la alta tasa de desempleo a la que me referí en la entrega anterior y que dicho sea de paso deberá constituirse en un recorderis permanente, para contribuir con ello, a la toma de conciencia generalizada, puesto que ese indicador de desempleo y la baja participación en el PIB inciden en la estigmatización de la tierrita, porque al momento de la distribución de la riqueza económica nacional, ahí no se actúa bajo el principio de la equidad, sino de la retribución, es decir se premia al que más aporta, por eso es que Bogotá y Medellín se llevan la mayor parte del ponqué de la hacienda pública.
En la composición de la red empresarial de Antioquia casi que el 93% de las unidades productivas de ese territorio son pequeñas, medianas y fami empresas, solo el 7% son grandes empresas, la capacidad de absorción de mano de obra de ese equipamiento empresarial hace que se genere una cultura empresarial masiva y ello empuja el crecimiento, así como coadyuva a que se inflen los impuestos públicos, para que servicios como la seguridad, la educación, la cultura, entre otros tengan sostenibilidad financiera.
El ejemplo comparativo no es para ridiculizar al Chocó, ni más faltaba, es para encontrar una didáctica positiva que sirva de estímulo a emular lo que debemos enderezar, para que dejemos de ser simples y vulgares botadores de corriente, y nos pongamos serios, como institucionalidad y como sociedad civil, puesto que así como vamos, así es muy duro que salgamos adelante, con la economía en la parte trasera de la casa.
POST DATA: El rescate del control de la economía chocoana, por los chocoanos sería un salto hacia el crecimiento, que en forma escalonada, generaría un verdadero y radical cambio, que le retornaría la dignidad a los individuos, abonando en forma ostensible al concepto de libertad plenamente concebida, no hay libertad sino puedes decidir qué comer.